Reflexión
Como todo Santuario, éste es un lugar muy especial, “en cuanto a la presencia vivificadora de Dios a través de María” Este es un santuario mariano donde la Virgen María es Madre nuestra, “preocupada –como toda madre- por la educación cristiana de nuestra vida. Por eso el Santuario de la Loma quiere ser un hogar”
Acá nuestra Madre, la “Mater” como le decimos con cariño, “nos recibe como somos, porque nos conoce, sabe de nuestras situaciones personales, nos escucha atentamente, estableciendo un contacto de corazón a corazón” Y en ese encuentro tan sencillo y profundo, Ella nos transforma.
Este santuario “es un lugar también donde Ella manifiesta su poder transformador. Su mirada nos urge a que seamos mejores. Con la transformación que produce en nuestros corazones podemos transformar el mundo. Por eso el Santuario es un gran Cenáculo”. Un lugar donde “se nos hace ver nuestra importancia, por más humildes que seamos, con Ella podemos ser los realizadores activos de un mundo más humano, más dignos, una sola gran familia según el corazón de Dios.”
“El Santuario también es la tierra de lo sencillo y cotidiano. No se necesita ni saber mucho, ni tener riquezas, ni gozar de poder, allí llevamos lo nuestro, lo de todos los días, lo que nos preocupa o lo que nos alegra…”
“El Santuario es tierra de esperanza”. Como María, que se entregó ardorosamente a esta Misión, nos invita a nosotros a hacer lo mismo. “Nos participa a todos de esta esperanza para sacudir de nosotros el desánimo, el desaliento, las desilusiones, y nos dice: tu dolor o preocupación de hoy traémelo aquí, al Santuario, que lo uniré a mis Gracias, que quieren solucionar tus problemas, pero también llegar a tu prójimo”
El Santuario es un lugar donde una corriente de Gracias parte de nuestra Madre. Pero también requiere una corriente de entrega de parte nuestra. Necesitamos poner a su disposición “toda la fuerza de un amor filial traducido en gestos sencillos y cotidianos que le indican nuestro interés y nuestro cariño”.
Todo lo que hemos dicho de la presencia de María en el Santuario es poca cosa. Hay que experimentarlo, habitarlo, dejarse mirar por Ella. Porque una Madre es muchísimo más que palabras.
¿Sabías que?
La cruz de nuestro Santuario es llamada “Cruz Blanca”, que nos recuerda a Esteban Gómez, el pequeño hijo de Mary y Elvio Gómez que falleció el 18 de agosto de 1970 y genera en la familia una corriente de vida, un sello que Dios quiere imprimir en nuestra comunidad: “la pequeñez y filialidad heroicas”
Desafío
Me pregunto: ¿a qué me comprometo para los próximos 25 años? ¿Qué quiero regalar a la Familia de la Providencia? Te invitamos a escribirlo en los papeles que están en el Santuario para luego poder ser enterrados en una cápsula del tiempo para abrir en los próximos 25 años.
